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Los hábitos de conducción que más aumentan el consumo de tu coche

Los hábitos de conducción que más aumentan el consumo de tu coche

¿Sabías que hay hábitos de conducción que aumentan el consumo de tu coche de forma exponencial?

Pues para que sepas si lo estás haciendo tú o no, sigue leyendo.

Hay hábitos de conducción tan comunes que la mayoría de los conductores ni siquiera se da cuenta de que están gastando más combustible del necesario.

Y, aunque un litro más o menos por cada cien kilómetros pueda parecer poco, a lo largo de los meses supone una diferencia importante, tanto para tu bolsillo como para la vida útil del motor.

Porque no es cuestión de mirar a corto, sino a largo plazo.

Los 11 hábitos de conducción que hace que aumenten el consumo de combustible

estos son los hábitos que más aumentan el consumo de tu coche, por qué lo hacen y cómo puedes corregirlos sin perder comodidad ni seguridad:

1. Acelerar y frenar con brusquedad

Es uno de los errores más frecuentes y también uno de los más costosos.

Cuando aceleras bruscamente, el motor trabaja en regímenes altos y consume mucho más combustible del necesario para alcanzar la misma velocidad.

Y, cuando frenas con intensidad, desperdicias toda esa energía acumulada que podrías haber aprovechado si hubieras reducido la velocidad de manera progresiva.

En Talleres Claxon solemos explicarlo con un ejemplo simple: si al salir de un semáforo aceleras con suavidad, alcanzarás la misma velocidad unos segundos más tarde, pero el motor habrá consumido menos y el desgaste será menor.

Por el contrario, si “pisas fuerte” y luego frenas porque te acercas a otro coche o a un semáforo, habrás usado más combustible, más freno y más embrague.

2. Circular con marchas inadecuadas

Mantener el motor en una marcha demasiado corta o demasiado larga también incrementa el consumo.

Muchos conductores creen que ir en marchas altas siempre ahorra combustible, pero no es cierto.

Si el motor trabaja forzado y sin fuerza suficiente, gasta más.

Y, si lo llevas demasiado revolucionado, el exceso de vueltas por minuto dispara el consumo y el desgaste.

Te recomendamos cambiar de marcha en el punto óptimo del motor, que suele situarse entre las 2.000 y las 2.500 revoluciones en motores diésel y, entre las 2.500 y 3.000 en motores gasolina.

3. Mantener una velocidad inconstante

Los cambios de velocidad constantes son otro de los factores que más aumentan el consumo.

Cada aceleración adicional supone un esfuerzo para el motor que debe inyectar más combustible para compensar.

En carretera, mantener una velocidad constante puede reducir el gasto de hasta un 10%.

Por eso, desde Talleresclaxon.com te recomendamos aprovechar el control de crucero si tu coche lo tiene.

Porque, además de mejorar el confort en trayectos largos, evita aceleraciones y frenadas innecesarias.

4. Circular con exceso de peso o mala aerodinámica

El peso adicional es un enemigo silencioso del consumo.

Cada kilo extra obliga al motor a trabajar más, especialmente en ciudad, donde las arrancadas son frecuentes.

Lo mismo ocurre con los elementos que alteran la aerodinámica, como cofres de techo o portabicicletas.

Ese exceso de peso puede aumentar el consumo hasta un 8 % y, las resistencias aerodinámicas, hasta un 15 % en autopista.

5. Circular con los neumáticos a presión incorrecta

Los neumáticos son el único punto de contacto entre el coche y el suelo.

Si la presión es baja, la superficie de contacto aumenta y la resistencia a la rodadura se multiplica, lo que implica más esfuerzo del motor y más consumo.

Además, el desgaste es irregular y la estabilidad del coche se reduce.

Nosotros medimos la presión de cada neumático con precisión porque una diferencia de tan solo 0,3 bares puede incrementar el consumo un 3 %.

Y, si el neumático está en mal estado o con un desgaste desigual, ese porcentaje se eleva.

Por eso, comprueba la presión una vez al mes, siempre con los neumáticos fríos y ajusta según las indicaciones del fabricante.

Recuerda también revisar la presión del neumático de repuesto, que suele olvidarse y es fundamental en caso de emergencia.

6. Dejar el motor al ralentí más tiempo del necesario

Mantener el motor encendido sin moverse no solo contamina más, también gasta combustible inútilmente.

Aunque el consumo en ralentí pueda parecer bajo, en un coche moderno puede llegar a ser entre 0,5 y 1 litro por hora, dependiendo del motor.

En atascos prolongados o esperas largas, por ejemplo, ese gasto se acumula.

Te sugerimos apagar el motor si sabes que vas a estar detenido más de un minuto, siempre que sea seguro hacerlo.

Los coches actuales arrancan con facilidad y el desgaste por cada arranque es mínimo comparado con el gasto de combustible de mantener el motor encendido.

Como consejo adicional, si tu coche dispone de sistema Start-Stop, actívalo.

Y, si no lo tiene, adopta el hábito de apagar el motor en esperas largas, como en estacionamientos o al esperar a alguien.

7. Usar el aire acondicionado sin medida

El aire acondicionado es uno de los mayores consumidores de energía del vehículo.

Cuando está encendido, el compresor extrae parte de la potencia del motor, lo que se traduce en un consumo adicional de combustible.

En trayectos cortos o urbanos, el aumento puede ser de hasta un 15%.

Sin embargo, no se trata de prescindir del confort, sino de usarlo de forma inteligente.

8. Conducir a altas velocidades

A partir de 100 km/h, la resistencia del aire aumenta de forma exponencial.

Por eso, subir de 120 a 140 km/h puede elevar el consumo en más de un 20 %, sin aportar una ganancia de tiempo proporcional.

Además, las vibraciones y el ruido aumentan, lo que hace que el viaje sea menos confortable y el coche sufra más.

En Talleres Claxon siempre insistimos en que conducir a una velocidad moderada no solo es más seguro, sino también más rentable.

Por ejemplo, en autopista, mantener una velocidad constante entre 100 y 120 km/h suele ser el punto ideal entre eficiencia y comodidad.

Te recomendamos evitar los acelerones para recuperar velocidad tras una curva o adelantamiento.

Y mantén el ritmo con el acelerador lo más estable posible y aprovecha la inercia del coche en las bajadas para ahorrar combustible.

9. Ignorar el mantenimiento del vehículo

Incluso con una conducción eficiente, un coche mal mantenido siempre consumirá más.

Por ejemplo, los filtros de aire sucios, las bujías desgastadas, los inyectores obstruidos o un aceite envejecido pueden aumentar el consumo de combustible de forma exponencial.

El motor necesita respirar y trabajar con precisión y, cuando algo falla, el consumo se dispara.

Nosotros en el taller, revisamos de forma regular todos los elementos que influyen en la combustión y en la eficiencia del motor.

Una simple sustitución del filtro de aire puede mejorar el rendimiento hasta un 10% y, un cambio de aceite con la viscosidad adecuada reduce la fricción interna, optimizando el consumo.

10. Conducir con el coche frío

Durante los primeros minutos tras el arranque, el motor necesita más combustible para alcanzar su temperatura ideal de funcionamiento.

Y los trayectos cortos y repetitivos son los que más castigan el consumo y el desgaste mecánico.

Lo ideal es arrancar, esperar unos segundos y comenzar a circular suavemente, sin exigirle esfuerzo hasta que el motor haya alcanzado su temperatura normal.

11. No aprovechar la inercia

La inercia es una de las aliadas más poderosas para ahorrar combustible ya que, cuando levantas el pie del acelerador, el motor sigue girando sin inyectar combustible, aprovechando la energía acumulada del movimiento.

Sin embargo, muchos conductores siguen acelerando incluso cuando podrían dejar que el coche avance por sí solo.

Enseñamos a muchos conductores a conducir con anticipación: levantar el pie antes de llegar a un semáforo, mantener la distancia de seguridad para no frenar bruscamente y aprovechar las bajadas para dejar rodar el coche.

Estas pequeñas acciones, aunque no lo parezcan, reducen el consumo y el desgaste de los frenos.

Como puedes comprobar en este post, el consumo de combustible no depende solo del coche, sino también de cómo lo uses.

Una conducción eficiente no significa ir más despacio ni renunciar a la comodidad, sino aprovechar la mecánica de tu vehículo de forma inteligente.

Estos pequeños gestos como cuidar la presión de los neumáticos, mantener una velocidad constante o anticipar las frenadas, pueden marcar una gran diferencia a final de mes.

En Talleresclaxon.com creemos que cada litro cuenta y que, aprender a conducir con eficiencia, no solo reduce el gasto, sino que también prolonga la vida del motor, los frenos, los neumáticos y la transmisión.

Por eso, te invitamos a visitarnos si quieres que revisemos tu coche, midamos sus consumos reales o te aconsejemos sobre cómo mejorar su rendimiento.

O, sí lo prefieres, puedes concertar cita para que todo sea más ágil y efectivo.

Recuerda: un coche en buen estado y una conducción responsable son la mejor combinación para ahorrar combustible y cuidar del medio ambiente.

¿Qué otros hábitos de conducción crees que aumenta el consumo de tu coche?

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