Los 10 fallos más peligrosos que tu coche puede tener sin que lo sepas
Los fallos más peligrosos que tu coche puede tener no siempre se detectan a primera vista.
En ocasiones, pueden pasar tan desapercibidos que simplemente parece que todo vaya bien.
Por eso, si quieres detectar esos errores peligrosos, sigue leyendo porque aquí te lo contaremos todo.
En nuestro taller lo vemos muy a menudo: hay conductores que creen que, mientras el coche arranque y se mueva, todo está en orden.
Pero la realidad es otra.
Un vehículo puede ocultar fallos peligrosos que pasan desapercibidos y que, si no se detectan a tiempo, ponen en riesgo tu seguridad y la de los demás.
Sin descontar claro está de que supone mucho dinero en reparaciones y suponemos que eso es lo que quieres evitar a toda costa.
¿Verdad?
Dicho esto y para no perder tiempo, te diremos cuáles son esos 10 fallos que tu coche puede tener sin que lo sepas, por qué son tan peligrosos y cómo puedes prevenirlos.
Acompáñanos.
Los 10 fallos más peligrosos que tu coche puede tener sin que seas consciente de ello
Antes de empezar con los 10 fallos más peligrosos, seguramente nos estemos dejando otros errores que pueden ser muy perjudiciales para tu coche.
Aunque ya te adelantamos que la mejor decisión siempre es que, en el momento que notes algo raro, lo revises inmediatamente para que descartar posibles reparaciones.
No obstante, aquí está nuestro TOP 10 particular de los fallos más peligrosos que tu coche puede tener sin que lo sepas:
1. Fugas de líquido de frenos
El líquido de frenos no se suele revisar con la misma frecuencia que el aceite y, sin embargo, es vital.
Una fuga se puede producir en latiguillos, juntas o en el propio circuito.
Lo peligroso es que una pérdida de líquido no siempre se nota a simple vista.
No obstante, cuando algo no va bien notarás que el pedal se puede volver esponjoso poco a poco y, en una frenada de emergencia, el sistema puede fallar por completo.
Por eso, en cada revisión en Talleresclaxon.com, comprobamos el nivel y el estado del líquido de frenos.
Recuerda siempre esto: una fuga mínima puede marcar la diferencia entre frenar a tiempo o no.
2. Dirección asistida con pérdida de eficacia
Un fallo en la dirección asistida se puede manifestar con dureza al girar el volante, pequeños tirones e incluso vibraciones.
Sin embargo, como conductor, es posible que te acostumbres poco a poco sin que te des cuenta del riesgo.
Aquí es el problema principal aunque ¿qué es lo que lo provoca?
Las causas más comunes son:
- Fugas en el líquido de la dirección.
- Desgaste en la bomba de asistencia.
- Fallos electrónicos en direcciones asistidas modernas.
Ignorar esto puede hacer que, en una maniobra de emergencia, el coche no responda como debería.
Y esto se puede traducir, literalmente, en un accidente.
Ojo con esto.
3. Amortiguadores en mal estado
Los amortiguadores se desgastan de forma gradual, lo que hace que muchas veces no notes el problema.
Sin embargo, son esenciales para mantener el coche pegado al asfalto, ya que de lo contrario pones en peligro tu vida y la de los demás..
Unos amortiguadores deteriorados provocan lo siguiente:
- Mayor distancia de frenado.
- Pérdida de estabilidad en curvas.
- Fatiga en el resto de la suspensión.
En nuestro taller hemos visto por desgracia a muchos coches con amortiguadores tan gastados que “flotaban” en carretera sin que el conductor se diera cuenta de lo peligroso que era.
Así que no pases por alto estos detalles.
4. Fallos en el sistema eléctrico
Hoy en día, los coches dependen tanto de la electrónica como de la mecánica.
Y es que un fallo en el cableado, un fusible en mal estado o un módulo electrónico defectuoso, puede generar problemas invisibles.
Lo peligroso es que muchos de estos fallos afectan a sistemas de seguridad, por lo que en este aspecto debes darle la importancia que se merece.
Estos fallos pueden afectar en:
- Airbags que no se despliegan.
- ABS que deja de actuar.
- Luces que fallan intermitentemente.
Así que, como puedes ver, un diagnóstico electrónico en el taller es la única forma de detectar estos problemas ocultos antes de que den la cara en el peor momento posible.
5. Corrosión en los frenos traseros
A diferencia de los delanteros, los frenos traseros (especialmente si son de tambor), se revisan con menos frecuencia y acumulan óxido con facilidad.
El resultado es que el coche pierde eficacia de frenado sin que el conductor lo note, ya que el sistema compensa con los delanteros.
Pero en una frenada de emergencia o en mojado, esa diferencia puede ser crítica.
Así que no está de más que tú mismo pidas revisarlo al mecánico que te revise el coche para que estar 100% seguro de que todo está bien.
6. Sensor de presión de neumáticos defectuoso
Los coches modernos llevan incorporado sensores de presión de neumáticos (TPMS).
Y, cuando fallan, pueden no avisarte de una pérdida lenta de aire, lo que puede provocar un pinchazo o terminar por romper la llanta.
As que un neumático con poca presión no solo gasta más combustible:
- Se calienta en exceso.
- Aumenta el riesgo de reventón.
- Afecta a la estabilidad en curva.
Un simple sensor defectuoso puede ser la causa de un accidente si confías en él y no revisas la presión manualmente.
7. Bomba de combustible con desgaste
La bomba de combustible trabaja de manera constante y, cuando empieza a fallar, lo hace de forma silenciosa.
El coche puede perder potencia de forma intermitente e incluso apagarse en marcha.
Si te pasa esto, lo más seguro es que no entiendas nada de lo que está pasando en ese momento.
Y el peligro es evidente: un fallo de alimentación en plena autopista puede dejarte sin potencia para adelantar o esquivar un obstáculo, lo que te puede provocar un accidente serio.
En Claxon utilizamos pruebas de presión en el sistema de inyección para detectar estos fallos antes de que se conviertan en un problema mayor.
8. Rótulas de dirección dañadas
Por si no lo sabías, las rótulas conectan la dirección con las ruedas.
Cuando empiezan a desgastarse, pueden producir un ligero juego en el volante que muchos conductores apenas notan.
El riesgo es que, si la rótula se rompe por completo, la rueda puede perder el control de dirección de forma súbita.
Así que ten presente esto a partir de ahora: es uno de los fallos más peligrosos y, por desgracia, más silenciosos a la vez.
9. Catalizador obstruido
El catalizador no solo reduce emisiones, sino que también regula parte del rendimiento del motor.
Sin embargo, con el tiempo, se puede obstruir y limitar el paso de gases, con toda las consecuencias que eso puede conllevar.
Los síntomas iniciales son sutiles pero importantes:
- Tendrás una menor potencia al acelerar.
- Habrá un aumento del consumo.
- Aparecerá algún testigo intermitente en el cuadro.
Si lo ignoras, puede llegar a dañar la culata o el turbo.
Y lo peor de todo: tu coche puede quedarse sin fuerza en una maniobra de adelantamiento o simplemente reventar el motor y necesitar hacer una inversión en una reparación demasiado cara.
10. Pérdidas en el circuito de refrigeración
El circuito de refrigeración mantiene el motor en su temperatura ideal.
Aunque una fuga pequeña de refrigerante puede pasar desapercibida si solo pierdes unas gotas.
El problema es que, al bajar el nivel, el motor trabaja más caliente y puede llegar al sobrecalentamiento.
Una junta de culata quemada o un motor gripado son consecuencias directas de ignorar una fuga mínima.
Y, como en el caso anterior, si esto sucede, prepara dinero porque te va a salir muy caro.
¿Cómo evitar que estos fallos pasen desapercibidos?
Puedes darle muchas vueltas al asunto.
Pero la clave está en la revisión preventiva.
En Talleresclaxon.com siempre decimos que esperar a que aparezca la avería es la forma más cara y peligrosa de mantener un coche.
Por tanto ¿Qué puedes hacer tú para ahorrar dinero y ganar en seguridad?
Te recomendamos lo siguiente:
- Revisa los líquidos y neumáticos cada pocas semanas.
- Presta atención a ruidos, vibraciones o testigos.
- Realiza una revisión completa al menos una vez al año. Si pueden ser dos, mucho mejor.
- Confía en un taller que cuente con herramientas de diagnóstico electrónico y mecánico como nosotros.
Resumiendo cuentas, los coches modernos son máquinas complejas y. muchos de sus fallos, no dan síntomas evidentes hasta que es demasiado tarde.
En nuestro taller hemos visto cómo una fuga mínima, un sensor defectuoso o una pieza desgastada podían poner en riesgo la seguridad de una familia entera.
Y créenos que cuando detectamos el problemas y vemos al cliente, siempre terminamos suspirando, pensando que por suerte no ha pasado nada peor.
Por eso insistimos: no esperes a que tu coche “grite” para prestarle atención, adelántate siempre por sí acaso.
Si crees que necesitas revisar tu coche, pide aquí mismo tu cita y revisaremos tu coche a fondo.
Detectaremos esos fallos invisibles antes de que se conviertan en un problema grave.
Conducirás más seguro, ahorrarás dinero y tu coche te durará mucho más tiempo.
¿Qué otros fallos más peligrosos que tu coche puede tener crees que existen?